Destacan cómo aunque el cultivo hidropónico no es esencial para todos los suelos, si es recomendable para gran parte de éstos porque la planta entra antes en producción y se controlan mejor aspectos como el aporte del riego y fertilizantes.

La compañía del sector verde, Grupo Projar, destaca como mayor limitante para el éxito o fracaso de un proyecto de plantación de arándanos su tipo de suelo y la elección de la variedad. En el caso de tener suelos pesados o con elevado pH se recomienda el cultivo hidropónico. De este modo, la planta podrá arrancar más rápido y se realizará un mejor desarrollo de su sistema radicular, lo que repercutirá en un mayor número de kilos por planta y mayor rentabilidad para el agricultor.  

Por ello, desde Grupo Projar aconsejan evitar la plantación de arándano en suelos arcillosos con elevada capacidad de retención de agua, ni en suelos con pH alto y con elevados bicarbonatos.

En el caso de suelos no óptimos, la compañía recomienda, bien hacer las enmiendas de turba en el suelo, lo cual permite altos rendimientos en suelo donde antes no se hacía, sobre todo en el caso de suelos neutros o básicos o bien optar por la hidroponía.

Mayor aporte de materia orgánica

En el método de mejora de suelos con aporte de enmiendas de turba, el Ingeniero Agrónomo especialista en cultivo de arándanos de Grupo Projar, Álvaro Villalba, recomienda la aplicación de la turba Blend Blueberries. En este sentido explica que su objetivo es  “acidificar el pH del suelo que además va a ayudar como aporte de materia orgánica en suelos con bajo porcentaje de ésta. Este hecho va a lograr que el arranque de la planta sea más rápido y que se desarrolle mejor el sistema radicular. Lo que significa más kilos por planta y mayor rentabilidad”.

Por otra parte, aunque desde la compañía no se considera imprescindible el cultivo hidropónico en suelos óptimos “si que es más interesante porque la planta entra antes en producción, hecho esencial para maximizar el cultivo del arándano, y además se tiene el control de la planta de una manera más exhaustiva que en el suelo, también en parámetros como la hidratación”, destaca Álvaro Villalba.

Tanto la cantidad como la calidad del agua son esenciales en este tipo de cultivos donde su sistema radicular es muy sensible. De hecho, cuando se produce un excesivo riego, la planta sufre mucho y se produce una pérdida de raíz y por consiguiente bajada de rendimiento.

Insumos esenciales para la propagación del arándano

Hasta la llegada de la planta a la plantación también hay momentos críticos en los que insumos como las bandejas de cultivo, sustratos, mallas de sombreo y mallas antihierbas son esenciales para los primeros días de germinación.

En función del tamaño de planta que se quiera producir, se elegirá un tamaño de alveolos de la bandeja de cultivo.

El sustrato, en el que Projar cuenta con una amplía gama para este tipo de cultivos, se elegirá también en función del tamaño de alveolo de la bandeja. Si el alveolo es grande, el sustrato tiene que tener mayor porosidad y ser más grueso.

En este sentido, es necesario que tenga una elevada porosidad, una alta capacidad de rehidratación, baja conductividad eléctrica y un pH ligeramente ácido entre 4,5 y 5,5. Además también es importante que el sustrato no contenga elementos finos, puesto que podrían provocar asfixia radicular y, de ese modo, la planta no se desarrollaría en condiciones óptimas, pudiendo incluso morir.

En estos primeros estadios también es esencial la protección de la planta de cualquier fenómeno meteorológico. Por ello, se recomienda la utilización de mallas de sombreo y mallas cortavientos.

Otros dos elementos destacables en estos primeros instantes de vida de la planta en el vivero son el abonado y la protección contra las malas hierbas. Las concentraciones de abonado serán bajas, ya que el arándano es muy sensible a la CE por encima de 1 mS/cm. En función del tipo de agua, desarrollo de la planta y clima, se recomendará una formulación u otra, para el correcto desarrollo de la planta. Y para evitar las malas hierbas la planta debe ser protegida con mallas tipo Horsol.

Una vez la planta está enraizada, se pasa a una maceta más adecuada de aproximadamente 1 litro.  Este sería el último paso en vivero, ya que no suelen comercializarse plantas de mayor tamaño por su elevado coste de producción.

Para el Ingeniero Agrónomo especialista en cultivo de arándanos de Grupo Projar, “la edad más crítica de este tipo de cultivos es en el vivero. Si la planta no se desarrolla bien desde un principio, ésta no va a tener el mismo rendimiento en cultivo que una planta que sí lo haya hecho”.

El siguiente eslabón, según este especialista, “es la aclimatación durante el transporte y los primeros días de llegada a la finca, donde deberían llegar plantas con un buen sistema radicular, que no tengan raíces con pudrición, con hojas y sin enfermedades”.

24/07/2018

Comunicaciones Projar

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