El especialista del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina, Bruno Defilippi, presentó los avances de un estudio que busca obtener fruta de calidad en los mercados de destino.

La investigación busca lograr dicho objetivo mediante el uso de tecnologías para proteger los cultivos ante variables climáticas.

Defilippi, junto a un grupo de investigadores analizó el comportamiento de los arándanos en diferentes regiones de la zona centro sur de Chile, donde de acuerdo al investigador existe mayor prevalencia de fenómenos climáticos adversos como granizos o lluvias en periodos críticos son una limitante para conseguir un producto de calidad.

Cabe destacar la importancia de los arándanos para la fruticultura chilena, ya que esta fruta cuenta con una superficie aproximada de 16.000 hectáreas a nivel nacional, como también un volumen exportado superior a las 100.000 toneladas, las que se destinan a mercados como Norteamérica y Europa.

Asimismo, Defilippi explicó que, si bien la empresa privada ya introdujo la protección de cultivos con cobertura, el objetivo es demostrar el efecto real de esta tecnología en el manejo de postcosecha y calidad de los arándanos, para que sea una tecnología aplicable a un mayor número de productores, considerando las variaciones de zona agroclimática y variedades.

“Nosotros no sólo estamos analizando el efecto de la protección de cultivos ante eventos climáticos perjudiciales, sino que definiendo las prácticas de manejo de pre y postcosecha bajo un sistema de cobertura para que esa fruta llegue en perfectas condiciones a un mercado de destino en 30, 40 ó 50 días después de cosechada. Y para esto trabajamos junto al Comité de Arándanos (Asoex), en conjunto con profesionales de las distintas unidades de INIA, y otros asociados a la Universidad de Concepción”.  

En cuanto a la metodología, el especialista en postcosecha sostuvo que una de las primeras etapas del estudio –que tendrá una duración de cinco años- fue la evaluación de distintos tipos de materiales usados en las coberturas instaladas en diferentes zonas geográficas, como polietileno, rafia o mallas.

En esa línea, también se consideró el recambio varietal que ha ocurrido en Chile como consecuencia del dinamismo que vive el negocio de los arándanos en el mundo.

De acuerdo al investigador, los consumidores que están en mercados distantes como Estados Unidos, Europa y Asia están exigiendo variedades firmes. “No sirve un arándano que llegue blando, y ojalá que tenga sabor”, destacó.

“El pool de variedades que teníamos en el país servía para llegar a mercados más cercanos, pero cuando comienza la necesidad de ampliar los mercados, cada vez más distantes, tienes que renovar ese pool varietal, porque la solución no va a estar sólo por el cambio del manejo cultural o productivo. Entonces, hay una renovación inmensa”, indicó Defilippi.

En tanto, los datos entregados por Bruno Defilippi corresponden a los primeros resultados de un proyecto que INIA está desarrollando junto al Comité de Arándanos de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile A.G. (Asoex), la empresa privada y la Universidad de Concepción, para evaluar el uso de coberturas en variedades nuevas de arándanos.

26/06/2019

Portalfruticola.com

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