Escrito por Betina Ernst, ingeniero agrónomo. 


La campaña que acaba de finalizar evolucionó de manera diferente a las previas, pero esto no era previsible en un inicio, por lo cual reinó la incertidumbre durante gran parte de la misma. El fenómeno que más incidió fue El Niño, el cual llevó a que en Perú prácticamente no tuvieran un invierno. Esto alteró los ciclos de los cultivos, siendo más afectadas las variedades tempranas, en especial la Ventura. Esta es una variedad exitosa, que tuvo una gran expansión en Perú, aportando en el 2022/23 un tercio de las exportaciones.

Como resultado de esto, durante la primera parte de la campaña, Perú exportó mucho menos a lo esperado. Hasta principio de noviembre había embarcado un 40% menos que en el año anterior. Sin embargo, a mediados de noviembre la situación empezó a revertirse. Paulatinamente Perú recuperó su ritmo de embarque habitual, e incluso durante los últimos meses (enero a marzo), exportó mucho más que otros años. Los inconvenientes que surgieron no solo fueron estos cambios, sino que fue muy difícil prevenir, anticipar y programar los embarques a mediano y largo plazo.

Por otro lado, los mercados demandaban arándanos y faltaban los voluminosos embarques que estaban acostumbrados a recibir a partir de octubre. Por ello buscaron proveedores alternativos. Chile, Sudáfrica, Argentina y Uruguay pudieron aprovechar esta situación favorable, aunque no lograron suplantar la ausencia peruana. No se puede expandir de un día para el otro una producción. El clima tampoco fue siempre el deseado, lluvias y frío retrasaron la maduración. El resultado fueron mercados desabastecidos y precios atractivos.

Pero también la segunda parte de la campaña tuvo sus sorpresas, desarrollándose diferente a lo previsto. Normalmente es Chile el que domina durante enero a febrero, siendo complementado por proveedores menores. Pero este año Perú no se comportó como un proveedor menor, continuó enviando importantes cantidades durante los primeros meses del nuevo año. Los mercados pronto se vieron sobre abastecidos y, en consecuencia, los precios cayeron, tornándose poco atractivos.

Perú finalizó su campaña con un total de 224.000 toneladas exportadas, lo que significó un 22% menos que en la temporada anterior. Este volumen representó dos tercios del total exportado por el hemisferio sur. Le siguió Chile con una exportación de 86.000 toneladas, valor similar al del año anterior. Aportó un 25% del total austral.

En Sudáfrica también fue el clima el que no permitió alcanzar los niveles del año previo. Exportó 21.000 toneladas, un 12% menos que en el 2022/23. Argentina, Colombia y Uruguay, aunque proveedores menores, pudieron aprovechar la favorable situación e incrementar sus envíos. Argentina exportó 6.400 toneladas, un +50% que en el 2022/23; Colombia 420 toneladas, un +54%; y Uruguay 320 toneladas, un +70%.


14.05.24